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10 abr 2014

Técnicas para el escritor: El diálogo


Querido viajero,

Bienvenido, una semana más, a tu Taberna. 

¡El tema de hoy creo que te gustará! Se trata de los diálogos en una novela, un tema apasionante con el que cambiar el ritmo de tu obra, desvelar acontecimientos, aclarar explicaciones y definir los personajes. 

Antes de empezar, quisiera recomendarte la lectura de la entrada de este mismo blog "Fichas descriptivas para tus personajes" ¿por qué? porque no puedes poner en boca de tu personaje frases sin saberlo todo acerca de él. Por ello, antes de comenzar cualquier historia o cualquier conversación, te recomiendo que hagas la ficha de los que participarán en esa discusión. Una vez hayas hecho ésto, ¡comenzamos!

Para empezar, explicarte que hay tres tipos de estilo de diálogo:

1. Estilo Directo: el narrador transmite lo que dicen los personajes: "-Las llaves no están...-dijo su madre enfadada-..."
2. Estilo Indirecto: el narrador expone el diálogo con su perspectiva: "Él se acercó mirándola a los ojos y le dijo que jamás la podría amar y que era mejor que se alejasen."
3. Estilo Libre: la voz del narrador se inserta a la de los personajes. Para ésta hay que tener algo de experiencia: 

"Aunque la perspectiva de participar en un conflicto bélico lo sacudió con violencia, procuró mantener la calma para desvanecer el temor que se había apoderado de sus padres y, sobre todo, de Julieta, incapaces de aceptar la idea de tan súbita separación. Será por unos días. Todo se arreglará muy pronto."
“El pozo”, de Ángel Balzarino

Escogido el tipo de diálogo y conociendo a tus personajes más que a ti mismo, añado algunas cosas que debes tener en cuenta a la hora de escribir sus conversaciones:

Sobre los personajes:

Escribe cada personaje con voz propia (no la tuya), que el lector lo sienta como si fuese una persona de verdad. No robotices si no es un androide, vaya... ¡dale vida! El diálogo, como comentaba antes, debe romper el ritmo de la novela, así que hazlo fluido, rápido. En ocasiones deberás extenderlos más, pero no lo tomes como una costumbre, mejor frases cortas y concisas para crear ese dinamismo que buscamos. Tampoco pierdas de vista que la acción debe avanzar, no estanques al lector en conversaciones que no llevan a ninguna parte (en España lo llamamos "conversación de besugos"). 

Por último, pero no menos importante, no repitas el "-dijo". Hay muchas más opciones...

Técnicas de redacción:

Algo que quizá suene a tontería, pero que yo descubrí algo tarde, es la propia inserción del guión de diálogo "-". Al principio utilizaba el teclado y listo, pero finalmente descubrí que haciendo "insertar" en el programa word y a continuación "símbolo" y escoger la raya, no se te desconfigurará el texto. Ten en cuenta que no tienes que poner espacio entre la raya y la primera letra. Debería quedarte así: "-Hola" y no "- Hola"

Por otro lado, debes saber que si existe una aclaración del narrador, el punto de la frase irá tras la raya que cierra esa misma aclaración: "-Los aprendices de mago se unían al blog -la tabernera estaba entusiasmada-."
¿ves? no es tan complicado, es cuestión de practicar, practicar y practicar.

Si pones una interrogación, exclamación o puntos suspensivos, pon el símbolo al final de la frase y tras la aclaración entre rayas, un punto: "-¿¡Que no tienes hambre?! -preguntó con enfado su madre-. Siguieron comiendo tras un silencio incómodo." 

Si la intervención ha terminado después de la aclaración del narrador no va una raya, sino simplemente un punto: "-¡Hemos terminado! - gritó y, tras devolverle el anillo, salió corriendo."

Espero que os haya sido de utilidad la entrada de esta semana,


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